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Velocidad y golpes en el comercio electrónico

Tras el click que completa nuestra compra online, ya estamos contando los días (u horas) que tardará en llegar a la dirección indicada. El e-cliente cada vez reclama mayor rapidez en la entrega y esto obliga a que los productos se tengan que mover a una velocidad superior, corriendo más riesgos.

El e-commerce es el canal de venta de crecimiento más ágil y dinámico, su número de transacciones aumenta a un ritmo superior al 12 o 13 % anual desde 2014. La clave reside en la comodidad para el usuario, que puede realizar sus compras sin desplazamientos y con fechas de entrega ajustadas a sus necesidades. Sin embargo, esta velocidad a veces obliga a manejar los pedidos con menos diligencia de la que debería y los paquetes sufren impactos.

Al almacenar, transportar o distribuir es muy difícil evitar que los bultos se golpeen entre sí o contra los canales por los que deben pasar. Por eso el packaging cobra especial relevancia como protector de los productos y debe aportar un diseño específico para que funcione a la perfección, garantizando que no se dañará, aunque reciba impactos inesperados. El material principal para embalajes es el cartón, pero los estándares de rendimiento de la industria corrugada actualmente no están demasiado desarrollados.

Cada fabricante debe preocuparse por el diseño de sus productos y en el caso de DS Smith se trata de su foco principal de actividad: crear productos adaptados, de excelente calidad y que cumplan su función. Buena muestra de esto es la técnica de “rellenar” los espacios vacíos dentro del paquete, con estructuras a medida que favorecen que la compra llegue en perfectas condiciones. En caso de recibir un impacto, hay que asegurar que el contenido no se dañe y, en la medida de lo posible, tampoco el embalaje. El producto pasa por muchas manos, pero solamente dispone de un packaging para protegerse de los golpes.